Ruiseñor taciturno de la noche,
Calma mi angustia de derroche,
Pues hoy no es el mejor día
Para festejar tu pequeña alegría.
Sé que tu felicidad desbordante
Se debe a un tema personal,
Pero compadécete de mí esta noche,
Que muero en el umbral.
¡Oh, no te jactes de mi sufrimiento!,
Ya me cansé de tu vil conocimiento,
Eres sabio, y lentamente temo,
Que también malévolo y cruel.
Esta noche no cantes,
Pájaro de mal agüero,
Que mis lamentos suplicantes,
Callarás en tu apogeo.
Tus alitas se fueron lejos,
Y tú me dejaste abandonada.
Y, ahora todo lo entiendo,
El sufrimiento es uno solo,
Y tu luz ya no es nada.
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