jueves, 22 de octubre de 2009

Retórica de unas manos de papel


De la noche áurea traza el contorno,
Delicadas manos de marfil,
Que rozan teclas deliberadamente,
Declinando levemente su perfil.

Sus notas decadentes marcan un ritmo,
Que endulza el corazón en un instante,
Dejando en nosotros vagos indicios
Que envuelven almas redundantes.

Sacrificando sus largos dedos huesudos,
Comparte el compás de la noche solitaria,
Iluminando figuras inconexas en desuso,
Con el fantasma de una antigua aria.

Sus frenéticos pensamientos y palabras
Destilan notas a la distancia,
Que inexistentes por la aurora vagan,
Fluyendo por su cause de extravagancia.

Por allí resuena su música inacabada,
Dejándose llevar por sus manos de papel,
Desechando aquella taciturna balada
Que con su melodía endulzaba la hiel.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Distancia


En delicada apariencia, tus besos melancólicos recobraron su inacabada belleza, extrayendo levemente la miel y el sabor de la luna, cubriéndome con amor puro e inaudito, y ahora convirtiéndome en un ser nostálgico y taciturno.

[Tracé ilusiones vagas en la vigilia, creyéndome en un sueño]

Repertorio de lágrimas dulces


Con tus palabras sofocadas inyectadas en impura sangre, estimé que esto no sería más que un momento. Tus ojos pueriles era una personificación de un odio constante, mientras que tus manos dibujaban en la distancia figuras inconexas. Sin embargo, lentamente de tus ojos cristalinos me enamoré, tu recuerdo se guardó como una fotografía en mi memoria, y el roce de tus labios se transformó en el sabor más dulce que jamás haya probado.
Y así como esperé que rápidamente se diluyera este amor inesperado, mi corazón comenzó a latir de una manera progresiva y distinta. Me di cuenta que había caído en decadencia, fruncida en un declive pronunciado esperando eso que jamás llegaría. Me balanceaba brevemente en pensamientos fortuitos, dejándome fluir por aquel cauce infinito.
La esencia de tu voz estaba presente adonde fuere; y el aroma de tu persona se impregnaba en mí a cada momento.

En ese momento ya no eras mi pasado, eras mi necesidad. Y ya no quise ni pude obligarme a un olvido inaudito, porque, con seguridad, te amo.